De un detallito entre compadres…
Permítanme iniciar este post con una analogía, con la espera de que entiendan mejor mi sentir al respecto del tema que trataré.
Hombres: Imaginen que se encuentran tomando chelas bien agusto con su compadre. El compadre, que tiene fama de abusivo y ligeramente «gandalla», decide asincerarse después de que todas las habladurías del pueblo salen a la luz. El compadre, con voz franca y ronca dice: «Mire, sí me estuve tirando a su esposa, pero espero ese detalle no empañe nuestra amistad». Ante semejante revelación y ruptura sólo queda una cosa por hacer. Uno indignadísimo dice: «…pos qué caray. Peroo no lo vuelva a hacer, que se siente gachito». Acto seguido, el individuo con esposa compartida por dos hombres paga la borrachera y pide perdón por tener una mujer tan liberal.
Tan estúpida como suena esa historia, tengo que decir que la realidad es más cabrona.
Todos sabemos que los estados Unidos son un país cuyos intereses en otros países son meramente platónicos. Es decir, se quedan en las ideas y nunca intervienen en tierras ajenas. Sarcasmo aparte, salió a la luz la noticia que nuestros respetuosos vecinos del norte, llevaban tiempo espiando a México. Más específicamente sobre temas de electricidad, narco y específicamente a Peña Nieto desde que era candidato.
El espionaje es un tema extremadamente delicado. Es el equivalente a saber que tu vecino metiche (que te cae mal) ha entrado a tu casa y se dedica a abrir tus cajones de ropa interior, además de eso lee y toma fotos de las cartas de amor que le haces a tu pareja. Indignación es la única respuesta digna. De ninguna manera quiero decir que México tiene las armas o elementos para amedrentar/intimidar a los vecinos al norte. Lo entiendo, pero una respuesta tibia es la muestra más grande de un servilismo imperial.
Después de tan terrible noticia, la respuesta oficial de nuestros valientes hombres se puede resumir a un muy pusilánime: voy a ver a Obama, a ver qué me dice el jefe. La respuesta de obama fue: Tomaremos esto con la mayor seriedad y a buscaremos a los responsables. Obama tuvo el descaro de decir «espero este detalle no empañe nuestra relación» (creo que esas fueron las palabras textuales, pero no tengo la cita exacta).
Se acerca el día de nuestra independencia y en vez de defender de forma enérgica nuestra patria, la reacción de nuestro supremo gobernante se caracteriza porque cuesta imaginar una respuesta más tibia y carente de arresto. Supongo no tiene importancia hablar de la similitud de la anécdota inicial con este capítulo en nuestra historia como país.
La independencia se logró porque un puñado de personas, envalentonadas por la ignorancia del efecto de sus actos o la aparente anonimidad de la comunidad novohispana ante el sempiterno ojo vigilante de la corona española. No puedo ver cómo un gobierno extranjero viola literal y metafóricamente a nuestra patria, mientras nuestro pueblo responde con un tibio y pocohombre «no pues, a ver qué pasa». No clamo guerra o sangre. Sólo pido una respuesta enérgica. Algo que me deje ver que esto no quedará sin respuesta. Quiero ver a un presidente que sea capaz de retar a la potencia del mundo cuando se le a cometido una injusticia. Quiero ver a un presidente, a un líder, cuya primera directiva sea salvaguardar a la patria.
Digo, eso es mi sueño guajiro. La realidad que he vivido es un desfile de mujerzuelas.